sábado, 17 de mayo de 2008

GUNNLOD

Gunnlod fue la hija de Suttung, famosa por todas partes por que aun siendo una joven doncella tenia una maravillosa voz. Ella podía cantar con tanta pasión y poder que los oyentes se conmovían hasta las lágrimas al escuchar sus tristes baladas, o reír sinceramente por sus tonos y gestos, o llenos de bravura cuando ella cantaba las canciones heroicas de tiempos pasados. Aquellos que pasaban junto a las ventanas de la gran casa de Suttung se detenían muchas veces, sonriendo al escuchar sus canciones que venían de dentro del hogar. De cualquier manera, la hija de Suttung era vista rara vez.
Gunnlod no era particularmente bella – de hecho ella prefería ser vista – pero Suttung la mantenía cuidadosamente escondida de todos excepto sus parientes y amistades muy cercanas. El quería mucho a Gunnlod, pero ese amor fue confundido con posesividad, por que era la única hija de su esposa fallecida y el era muy celoso de la compañía de su hija. El ahuyentaba aquellos que intentaban cortejar a Gunnlod, y trataba de persuadir a su hija de no emparejarse con nadie. "El amor es dulce mientras dura, pero mira que rápidamente te puede ser arrebatado," el lo dijo tristemente, señalando la silla vacía que estaba junto a el en el gran hogar, la silla que la madre de Gunnlod un día ocupara como Señora de Suttung, antes de que la fiebre y la enfermedad cobraran su vida. Suttung no había buscado con gran interés a otra mujer desde la muerte de su esposa.
"Padre mió," Gunnlod dijo, "Yo no soy sabia de las cosas del mundo, y no tengo deseo de dejarte, pero algo si se: amor, no importa que tan breve, es demasiado precioso como para negar. Tu eres mi amado padre y respeto tus deseos, por eso he estado alejada de los hombres, pero yo amaré cuando el amor venga a mi." Y Suttung suspiró y enmudeció mirando a su hija como si no supiera de qué estaba hablando. Ella no quería discutir con el, pero sonrió tranquilamente y permaneció en paz.
Un día, el rumor llego a casa de Suttung que su progenitor Gilling había sido muerto por cierto par de enanos. Hubo mucho lamento y llanto con estas noticias. Iracundo, Suttung dejo su casa para viajar a Svartalfheim en busca de venganza por la muerte de su padre y madre. Antes de partir, dijo a Gunnlod, "Si no regreso, quédate aquí, hija mía, y ve por el bien de nuestra casa y asuntos de nuestra gente. Pero ten muy presentes mis palabras, Gunnlod: el amor es fugaz y no deja nada mas que sufrimiento a su partida, y tu no puedes hacer nada mejor que nunca dejar que sus redes atrapen tu corazón."
"Yo amaré cuando el amor venga a mi," Gunnlod dijo de nuevo, "pero de otra forma, Haré lo que tu me pides, padre." Suttung, moviendo la cabeza, se fue a Svartalfheim, donde mató a los enanos que asesinaron a Gilling y su esposa, y trajo consigo el aguamiel mágico de la poesía que los hermanos enanos habian fabricado de la sangre de Kvasir. Pero mientras el no estaba, llegó el rumor de que Gunnlod estaba sola, y pronto una bandada de pretendientes estaba formada fuera de la puerta, cada uno pidiendo entrar y contar su historia a la misteriosa mujer de hermosa voz, por que cada uno estaba convencido de que aquella que cantaba tan dulcemente seria una fina pareja. Suttung no estaba siendo considerado en esto. Gunnlod no les permitió verla, y sus hombres se marcharon por la fuerza aquellos que eran muy tenaces como para entender su forma educada de pedir que se fueran.
Suttung consideraba que e aguamiel era su gran tesoro – después de Gunnlod su hija. El sabia que probablemente los Aesir probablemente tratarían de tener de vuelta el aguamiel de sus manos, y el se enfadó a su llegada al escuchar que al momento que el dejo Jotunheim, pretendientes habian llegado y trataron de alejarla de el. Así que el decidió mantener ambos tesoros lejos del alcance de todos. Había construido un túnel, que corría hasta el fondo de la tierra bajo su casa, con una gran cámara en el corazón de la montaña. El la tenía lujosamente amueblada y decorada para la comodidad de Gunnlod, por lo que no podía haber fuego ni ventanas en ese lugar, tan profundo bajo Hnitbjorg yacía. El ordeno a su doncella permanecer con ella, y le había llevado comida y bebidas y cualquier cosa que pudieran desear, tan seguido como lo pudieran desear. Aquí el ordeno a Gunnlod quedarse y guardar el aguamiel con ella.
La doncella de Gunnlod, por que ella extrañaba la luz del día, y hacia frío en el corazón de la montaña, aunque la cámara pronto se calentaba un poco por la presencia de sus cuerpos. Pero Gunnlod no lloró, y pronto su dulce voz hizo eco en la cavernosa cámara y a través de los pasajes laberintosos, de vuelta en casa de Suttung. El y su gente sonreían cuando escuchaban, y el corazón de Suttung se sentía un poco aliviado, por que de hecho el sentía cierta culpa por haber enterrado viva a su hija. Pero el sabia que Gunnlod no cantaría si fuera verdaderamente infeliz, así que su corazón relampagueaba.
Así que ella permaneció ahí por varios meses. Al final Gunnlod dijo que era injusto que su doncella compartiera su mismo destino de exilio, así que la envió de vuelta. Ellas estaban secretamente aliviadas, pero continuaba atendiendo sus necesidades y trayendo noticias el mundo exterior. Cuando ellos preguntaban si ella estaba buen, Gunnlod solo decía, "Yo estoy bien, y estoy esperando," lo cual los dejaba perplejos. Y ellos susurraban entre otras cosas lo extraño que era que Gunnlod cantaba tan seguido, llenando su prisión y la casa que estaba encima con música. Cuando ella no estaba cantando, ella rechazaba a todos los visitantes, y se callaba por horas, y nadie sabia que era lo que ella hacia.
Suttung en persona llego un día a ver a su hija, cuando Gunnlod estaba en silencio. Tan pronto como el entro en la cámara, el la vio sentada en un taburete bajo con una cubeta de agua en el suelo frente a ella. Ella no se dio cuenta de su entrada, y ella sentada mirando al tazón soñadoramente. El aguzó la vista, y estaba a punto de hablar cuando escucho su nombre siendo llamado desde arriba en la casa, y así sin decir nada a Gunnlod, el calladamente dejo la cámara y fue de regreso a través de los torcidos pasajes para ver para que lo requerían.
"Alguien llega aquí con tu hermano," le dijo uno de sus hombres. Suttung frunció el entrecejo y salio de la casa, su vista seguía al hombre que apuntaba con el dedo. Dos figuras venían por el camino que se dirigían a la granja de su hermano – la figura familiar de Baugi, y un extraño. El ceño de Suttung se profundizo. "Por lo menos Gunnlod dejo de cantar," el pensó, "así que ese extraño no escuchara su voz ni hará preguntas que no son bienvenidas." Pero el se sintió inquieto sin embargo. Era por todos sabido que Gunnlod nunca había sido vista fuera de las paredes de su padre, pero Suttung no sabia lo bien conocida que era la existencia de la aguamiel en la cámara secreta también. "Estén listos para recibir a nuestros huéspedes," le dijo a su hombre, quien asintió y salió corriendo gritando que cerveza fresca fuera traída.
Suttung volvió dentro de la casa y espero en su silla que estaba junto a la de su mujer que estaba vacía a esperar que llegara el huésped. Llegaron, y Suttung vio que el acompañante de Baugi era mal parecido Jotun quien dijo que su nombre era Bolverk.
"El ha hecho el trabajo de mis nueve esclavos que fueron asesinados, y entonces algunos," Baugi dijo, encogiéndose de hombros. "A así que vine aquí, en mi palabra, de pedirte por lo que el quiere a cambio – un trago del aguamiel que tu tomaste de los enanos."
Suttung empezó un poco, y su expresión se oscureció. "No," dijo el, preguntándose como este extraño se había enterado del aguamiel de Kvasir. "No daré eso."
Baugi, después de una larga mirada a su hermano, se encogió de hombros de Nuevo. "He hecho lo que e pediste, Bolverk," le dijo al otro. “le he preguntado a Suttung. No puedo alterar su respuesta. “dio la vuelta y salio de la casa. Bolverk el extraño le dio a Suttung una larga Mirada también, lo cual hizo sentir a Suttung altamente desconfortado. Entonces dio la vuelta. Conforme se alejaban, Suttung vio a Bolverk acercarse a Baugi, susurrando urgentemente al oído de su hermano. "Eso causara problemas,"se dijo a si mismo. Y entonces se detuvo, por que Gunnlod había comenzado a cantar de nuevo.
Afuera, Baugi se alejaba de la gran casa de su hermano. El era un hombre de alguna forma más modesto que Suttung, y tenia mucho que hacer en su propia granja. "quédate un momento," dijo el extraño llamado Bolverk. "Te podría pedir otro favor."
"He hecho lo que me pediste. No es mi culpa que Suttung dijera que no," Baugi dijo. Pero Bolverk era persistente.
He oído que tienes maneras de perforar hasta el fondo de la montaña, para hacer un camino al túnel que esta dentro y tiene la cámara donde esta escondida la aguamiel de la sangre de Kvasir, y Gunnlod, la hija de Suttung. Harías eso por mi, amigo mió? Debería tener satisfacción de alguna forma después de todo mi arduo trabajo."
Baugi gruño y se pregunto por que Bolverk sabia de ese lugar, pero después de mucha discusión, eventualmente el estuvo de acuerdo. Ellos treparon las cuestas del Hnitbjorg hasta un punto que no podían ser vistos por la gente de abajo, o por nadie en casa de Suttung. Aquí Baugi, quien había ayudado a su hermano a crear el túnel secreto, perforo un pequeño agujero que permitía acceder a uno de los pasajes. Al momento, un desmayante sonido se alcanzo a oír, y con el… el canto de una mujer. Ellos escucharon por algunos segundos y después Baugi dio la vuelta para partir.
"Así concluye nuestro trato," el dijo, sonriendo por que el pensó que no había forma de que Bolverk no podía hacer uso de ese pequeño agujero, y no sintió que le hubiera hecho un mal servicio.
"De hecho," Bolverk dijo, con una astuta sonrisa en respuesta que a Baugi no le gusto del todo, pero el solamente asintió, se despidió de nuevo, y comenzó bajar la montaña. Bolverk espero hasta que el estuviera fuera de vista, entonces el cambio su forma – por que este era realmente Odin en un disfraz. Abandonando su forma Jotun, tomo en su lugar la forma de una escurridiza serpiente y se deslizó a través del agujero, cayendo sobre el suelo del pasaje. Ahí, el cambio de nuevo a forma de hombre, tuerto y justo de rostro, y se paro sobre sus pies de nuevo. Todo era absoluta oscuridad a su alrededor; la gente de Suttung llevaba sus propias antorchas cada vez que visitaban o atendían a Gunnlod. Odin quieto aun en la negrura escucho.
De repente, la música se altero; antes, había sido una tonada alegre, pero ahora la misteriosa mujer bajo el tono y comenzó a cantar una canción de amor. Su voz era como miel calida, dulce y rica y engañosa. Odin se detuvo. La reputación de Gunnlod era bien merecida; incluso os rumores Habian fallado al hacer justicia a sus dones. Su canción tiró a Odin, así que fue con solo la mitad de su voluntad que comenzó a caminar en busca de la poseedora de esa voz, aunque su mente seguía enfocada en obtener el aguamiel mágico de Suttung. El vagó por largo tiempo en la oscuridad, acercándose más y más al sonido de la voz de Gunnlod. Finalmente, el vio una clara luz adelante, y acelerando su paso, el llego a un lugar en las rocas. El se detuvo, justo fuera del brillo de la luz el la vio venir.
"Pasa, extraño," Gunnlod dijo tranquilamente. Había un dejo de risa en su voz. Odin caminó hacia la luz, y entonces se detuvo, parpadeando ante el brillo repentino.
La cámara era espaciosa, casi como la propia casa de Suttung que estaba arriba. Antorchas lo iluminaban, y el interior era tan brillante como el día. Fue amueblado fabulosamente con muebles de Madera tallada – sillas, mesas, y una gran cama cortinada. Tazas de oro y plata, trastes y jarros y otros trastes brillaban al rededor.
Elaborados tapices hechos a mano -- importados e muy lejos fuera de Jotunheim – colgados de cada uno de las cuatro paredes, también una serie de finas armas, obviamente bien usadas y cuidadosamente conservadas. Había un largo espacio para la ropa de Gunnlod, y ella misma se sentaba en el centro de la habitación sobre un taburete tan ricamente hilado que parecía estar hecho de oro sólido. Ella estaba envuelta en una bata fina, y su cabello estaba suelto, cayendo sobre su espalda en lustrosas ondas cafés.
Ella era de apariencia ordinaria, pero digna, agarrada a si misma orgullosamente conforme miraba al extraño. Detrás de ella, en las sombras contra una pared lejana, Odin vio un caldero y dos jarras de barro plano, diferenciando entre todas los demás objetos elegantes, pero el sabia que en su interior yacía el tesoro que el buscaba.
"Te he esperado largo tiempo," Gunnlod dijo. "Bienvenido, tu quien eres llamado Bolverk."
"Como es que me conoces, cuando tu padre ha mantenido escondida de los ojos de los hombres?" Odin pregunto, acercándose. El retiró la capucha que dio sombra a sus rasgos atractivos. El vio que Gunnlod tomaba un ligero respiro, pero su expresión no cambio.
"Tengo el don de la videncia, en algún pequeño grado. He estado aquí por muchos largos meses, guardando el tesoro de mi padre y mirando al futuro." Gunnlod señaló un tazón de plata lleno de agua que estaba en el piso cerca de ella. Odin lo miró, y después su vista volvió hacia la mujer. El le sonrió.
"Y por que me recibes con una bienvenida en vez re hacerlo con furia?" el pregunto, señalando una espada que estaba cerca de la cama de Gunnlod. "Yo imagino que puedes usar eso tan bien como has usado tu tazón -- "
"Puedo," Gunnlod replicó frescamente.
" – o de hecho, tu magnifica voz. Te he oído cantar conforme me acercaba, y yo fui … tocado por su belleza."
Gunnlod sonrió. "tu piensas cortejarme, y así obtener el mas gran tesoro de mi padre."
"Yo pienso ganar sus dos tesoros," Odin dijo, seguía acercándose. El se asusto por la risa repentina de Gunnlod, una amargura tal que lo hizo titubear un poco. Ella se había levantado, y se mantuvo derecha, tan alta como el. El la miró especulativamente.
"Yo se lo que deseas," Gunnlod dijo. "Seamos francos. Estoy sin espiritualidad, pero soy sabia a mi manera. Tú esperas seducirme y ganara el aguamiel de la poesía. Ya he visto esto. Y ya he visto también que eres el único hombre que yo jamás amaré, y eso que me dejaras, y mi padre tenía razón en una cosa. La ausencia del amor ... es dolor." Ella asintió. Odin esperó. Gunnlod habló de nuevo sin mirarlo. "Yo había previsto que esta visita me dejaría llena de anhelo por ti por el resto de mis días. Todavía en ello, Obtendré mi mayor alegría. Así que ... pídeme lo que sea, rey de Asgard, y yo te lo otorgaré. Estoy dispuesta a pagar el precio." Ella levantó su cabeza, y sus ojos eran orgullosos, y no estaba avergonzada.
Odin consideró. Entonces dijo, "Dama, de hecho estas siendo franca y no forzaré de ti lo que eres libre de ofrecer, sin darte algo a cambio. Por lo tanto, dame tres tragos del agua miel preparada con la sangre de Kvasir, y yo permaneceré aquí tres noches contigo como tu amante, y cualquier cosa que venga de esto," el se encogió de hombros, "No lo daré por menos, ni espero que tu lo hagas."
Gunnlod dijo, "Estoy de acuerdo." Entonces ocultó a Odin en persona detrás de la cama de cortinas, y llamó a sus doncellas y les dijo que no quería que la molestaran por tres días y tres noches, únicamente para dejar comida y bebida suficiente para ese tiempo, y que ella las llamaría si necesitaba su ayuda. Ellas protestaron, pero ella dijo que estaría bien, y finalmente ellas hicieron lo que pidió. Y Odin permaneció con ella por esos tres días y tres noches, y su plática era solo de amor, y su canto durante ese tiempo fue el más dulce y más hermoso que nadie había escuchado jamás.

Finalmente, terminando la tercera noche, Odin se levanto y dijo a Gunnlod, "Debo dejarte ahora. Dame lo que te pedí." Gunnlod asintió. Su corazón estaba pesado, pero era demasiado orgullosa para pedir a Odin que reconsiderara y volviera a verla de nuevo, y sabia que el nunca lo haría. Ella lo dejo ir a donde estaba el aguamiel. Odin bebió una vez del caldero y cada una de las dos jarras, y tomando la mano de Gunnlod, el la oprimió en despedida, pero no habló. Entonces el se fue sin mirar atrás, y desapareció en la oscuridad, apresurándose a través de los pasajes para emprender su huida.
Gunnlod tragó duramente y lucho contra sus lágrimas, y estaba a punto de llamar a sus doncellas cuando ella vio sobre los contenedores ahora vacíos, y sabía que Odin lo había hecho. Ella estuvo de pie silenciosamente por un momento, pensando. Y entonces ella abrió la boca para gritar a su padre que el aguamiel de la poesía había sido robado, pero no dijo que su corazón había sido robado con el.

Suttung escucho el llamado de Gunnlod, y mirando rápidamente afuera, vio un águila alejándose rápidamente de Hnitbjorg. El se convirtió en otra águila y voló en su persecución, su gente gritando iracunda a su Señor quien desaparecía en el cielo detrás del ladrón. Persiguió a Odin todo el camino de vuelta a Asgard, pero no pudo entrar por que era desviado por los Aesir. Suttung volvió a su casa, y volviendo a su forma de hombre, inmediatamente irrumpió en los pasajes donde Gunnlod estaba sentada esperando el regreso de su padre. El estaba furioso, por que el sabia que ella debió permitir a Odin tomar el aguamiel a cambio de permanecer con ella.
"Hemos perdido el aguamiel de la poesía gracias a los engaños de tu amante! Que dices a eso, hija mía?" Gunnlod estaba en silencio. Suttung le gritó, "Mira lo que el amor ha forjado para ti, para nuestra gente! No hemos Ganado nada de todo esto!"

"No nada, Padre," Gunnlod dijo calmadamente. Ella miró tranquilamente al rostro iracundo de Suttung. "Tengo un hijo suyo, y será de nuestra sangre así como de III trabajadores.
Será tu heredero y el mió, y será llamado “el mejor de los poetas” un día. No es compensación por la perdida de tu aguamiel?" Pero Suttung no escucharía. El estaba demasiado enojado que prohibió a Gunnlod dejar la cámara nunca. El puso guardias a cuidar día y noche la entrada al pasaje, y el agujero que había perforado Baugi fue cerrado nadie más que sus doncellas, ni el mismo Suttung no volvió a visitarla de nuevo.
Gunnlod estaba apenada por todo esto, pero ella aburrió el decreto de su padre con quejas, y ella permaneció ahí en su cuarto subterráneo en donde llevaba el embarazo de su único amor. En un tiempo, ella dio a luz a un niño. Ni era físicamente diferente ni mas guapo, pero fuerte y saludable, y pensó en comentarle a Suttung del nacimiento de su nieto, en su corazón el estaba complacido, y su ira contra Gunnlod comenzó a aligerarse. Pero aun así no cedía, así que Gunnlod y su hijo, a quien ella nombró Bragi, permanecieron en la cámara bajo la montaña.

Un día, cuando Bragi tenía casi un año, Gunnlod espero a que sus doncellas se fueran, y fue a la esquina de la habitación donde el caldero vació Odrorir y las jarras Son y Bodn estaban, empolvadas y olvidadas. Desde el fondo de Bodn, ella retiro una pequeña, botella taponada. Ella había conservado esto en varios lugares retirados dentro de la cámara por varios largos meses, y ahora ella lo tomo sobre donde su pequeño niño sentado mirandola con sus brillantes ojos cafés.
"Bebe esto, hijo mió," ella dijo. Gunnlod descorchó la botella, y con el alimento a Bragi las ultimas gotas del precioso aguamiel de la poesía, el cual ella había guardado desde que ella vio a su hijo no nacido en su espejo de la videncia. Bragi bebió obedientemente, y a partir de ese día, el cambió. El hablaba más fácilmente y mas aya de su edad, y las doncellas que atendían a Gunnlod se maravillaron con su progreso. Cuando el fue un poco mayor, el comenzó a aprender a cantar. Gunnlod, quien adoraba a su hijo por encima de cualquier otra cosa, le enseñó todas las lecciones que ella conocía, excepto por la que ella había usado para atraer a Odin a su lado. Ese lo mantuvo para ella misma.

Paso un año y después otro, y siete veranos desde que Bolverk había llegado a la granja de Baugi, los dos, Gunnlod y Bragi, seguían viviendo en la cámara secreta en a montaña. La casa entera y muchos de los foráneos sabian que el hijo de Gunnlod era un prodigio y nada de esto había sido escuchado en Jotunheim antes, a pesar de su juventud, Bragi ya era mejor cante que su madre. Incluso era inusualmente inteligente para su edad, y se deleitaba escuchando las historias que su madre y su doncella le contaban, y podía repetirlas, palabra por palabra, con el mínimo de problema. Suttung jamás había bajado a ver a su nieto; su orgullo o se lo permitía, pero mientras mas oía de las habilidades de Bragi mas curioso se volvía. Finalmente, el dijo a las doncellas de Gunnlod que trajeran al niño arriba.
Suttung esperó a que el niño fuera llevado ante el. Bragi estaba muy pálido, por que nunca había visto el sol, y parpadeó , bizqueando por la luz brillante de la casa, pero lucia aparentemente saludable, y su cara era tan parecida a la de Gunnlod que Suttung se enterneció un poco al mirar a su nieto.

"Canta para mi, niño," el dijo, y Bragi obedientemente abrió su boca y comenzó a cantar una simple tonada de pastoreo. Su voz envolvió el aire a su alrededor, un alto, claro niño soprano, y había algo mas allá de lo hermoso en el. La gente de la casa detuvo su camino; las aves dejaron de cantar y miraron a las ventanas en silencio, e incluso el sol salio de entre las nubes en el cielo.
El fuego incluso detuvo sus crujidos, y el viento disminuyo los crujidos de la casa. Lejos bajo la tierra, Gunnlod también estaba en silencio, escuchando cantar a su hijo. Suttung sintió el corazón hincharse de afecto por el niño de su propia sangre.
"quédate conmigo," el dijo, "y alegra mi casa, me estoy volviendo Viejo y me gustaría ver tu cara aquí todos los días."

"Pero, que hay con mi madre?" Bragi pregunto, y se sorprendió al ver que la expresión de su abuelo se volvió a ensombrecer.
"ella me desobedeció, y debe ser castigada," fue todo lo que el dijo. "Pero tu no mereces ser castigado también, por que no has hecho nada."

"No puedo dejar a mi madre," Bragi dijo, moviendo su cabeza. "Lo siento." Y dio la vuelta y volvió de nuevo a la cámara oculta de Gunnlod.
Suttung no estaba complacido, pero el dio ordenes de que Bragi podía ir y venir a su antojo, y la propia Gunnlod ordeno a Bragi dejarla e ir dentro de la casa de ahora en adelante, por que se preocupaba por que su hijo, estaba creciendo en una cámara bajo la tierra, sin sol. Y así Bragi pasó tiempo con su madre y con su abuelo. Tenia permitido ir afuera, y seguido lo llevaba Suttung o algún otro miembro de la familia en viajes cortos, y el pronto se convirtió en de un cantante atesorado a un narrador atesorado, para ese entonces tenia doce, el era el mas talentoso contador de historias y cantante mas aya de comparación alguna. Los ancianos reverenciaban ante el cuando lo veían, y todos murmuraban sobre Bragi y su misterioso parentesco, pocos sabian quien era el progenitor con Gunnlod, y el robo del aguamiel ere un secreto bien guardado.
Bragi nunca se detuvo de pedir a su abuelo que permitiera a Gunnlod salir de la cámara, pero Suttung siempre se rehusaba, más por terquedad que por verdadera ira. Entonces un día, cuando Bragi estaba casi crecido por completo, un extraño apareció en la cima del camino a Hnitbjorg. Suttung permaneció con su nieto mirando por la ventana como el extraño se acercaba. No era uno de la gente etin, pero un hombre alto vestía una larga, gruesa capa y un sombrero.
"ahí se aproxima tu progenitor, mi nieto." Suttung dijo secamente, por que mirar al extraño lo llenaba de ira y resentimiento. Bragi le di una larga mirada. Gunnlod nunca le había dicho quien era su padre, solo que el había venido y se había ido y no esperaba verlo de nuevo.
El extraño llego al hogar de Suttung, donde había sido bienvenido, y se identifico a si mismo como el padre de Bragi. Se aproximo al chico y permaneció mirándolo. Bragi no era muy alto, y recordaba más a su madre que a su padre y prefirió eso más que una mirada inexpresiva, pero tal vez el extraño vio en el chico más que a simple vista, por que sonrió como si estuviera complacido, y sus ojos brillaron bajo las sombras de su sombrero.
"Ven conmigo a mi tierra y mí gente. Lamento no haber regresado antes, pero no tenia el deseo de robar a tu madre su mayor alegría,” dijo el extraño.

Bragi considero. “No dejaría prisionera a mi madre aquí, y dejar a mi abuelo como si yo pudiera ir y venir en su casa, aun no tengo la edad.” Se volteo hacia Suttung, quien estaba sentado viéndolo todo con una Mirada sombría en su rostro. Suttung deseaba matar al extraño, cuya identidad conocía muy bien, pero desde que fue el padre de su nieto, el Señor de Hnitbjorg sintió que tenía que detenerse, por que amaba mucho a Bragi y no quería hacerlo enojar.
"Cual es tu voluntad, abuelo?" Bragi dijo.

"Yo digo que tu permanecerás aquí ahora, pero cuando seas un hombre crecido, tu podrás ir a donde elijas," Suttung dijo. El extraño le reverenció cortésmente, y después se agarro al joven hombro de Bragi.
"Ven a mi cuando tengas la edad," el dijo. "Serás bienvenido en mi tierra y no deberás temer de nadie ahí." El se retiro de la casa. Bragi bajó a la cámara de su madre y le dijo lo que había pasado. Una sonrisa triste cruzo por su cara, pero la desvaneció pronto cuando Gunnlod vio que su hijo se había dado cuenta.

"Te extrañare, hijo mió, pero pienso que tu padre esta en lo correcto. Deberías ir con el, al menos por un corto tiempo, y aprender las historias de su gente así como las de aquellos Jotunheim que tu ya conoces. Pienso que harías bien en ir a donde sea que tu puedas aprender tanto como puedas, por que tu eres mas hábil que cualquier otro, y es peleando la única manera en que puedes conocer todas las historias que puedes oír." Gunnlod dijo sabiamente.
Y entonces le contó la historia de su propia procreación, y como Odin había Ganado el aguamiel y su amor, y como la dejo después de tres noches.
Cuando Bragi alcanzo la adultez, fue con Suttung y dijo, “Abuelo, deseo dejar tu casa e ir a la tierra de mi padre."

Suttung estuvo de acuerdo, aunque el resintió el llamado de Odin sobre su amado nieto. "Como desees. Tu eres un hombre ahora, y maestro de tu propia vida."
"Hay una cosa que quisiera pedirte primero," Bragi dijo. "Deja a mi madre salir de la montaña. Seguramente tu ira ha sido calmada para ahora, Seguramente ella ya ha pagado por darle el aguamiel a mi padre. Ella ha pasado toda mi juventud bajo la tierra. Déjala regresar y volver a vivir con su gente de nuevo. Yo seré mas feliz sabiendo que no estará sola cuando me vaya de esta tierra y mi familia."

Suttung frunció el entrecejo. "No puedo hacer eso. Gunnlod rompió su palabra actuando como lo hizo. Eso no lo permitiré." Bragi suplicó, pero Suttung no cambiaria de parecer, y dentro de poco fue forzado a rendirse. El fue con su madre y le dijo, "Regresare, y encontrare una forma de aligerar que el corazón de mi abuelo tiene contra ti, Madre. Me despido."
Gunnlod le sonrió a su hijo. "estoy bien, Bragi. Ve al mundo, y veas lo que veas, y aprendas lo que aprendas, y no llores por mi." Así el se fue camino a Asgard, donde Odin y Frigga le dieron la bienvenida en su hogar. El aprendió todas las historias y canciones que los Aesir iban compartiendo con el, e hizo muchas mas y ellos se deleitaron al escuchar. El llegó a ser mas reconocido por sus habilidades. Pero Bragi no olvidaba a su madre prisionera, ni sus palabras de despedida a ella. Después de muchos meses, el regreso a Jotunheim y continuo su camino hacia la tierra de la gente de su madre, y regresó a casa de Suttung, donde el fue bienvenido con tanta ansia y calidez como si fuera un rey quien le visitaba.
"No dejaras ir a mi madre?" Bragi rogó a su abuelo. "Ella debería ser la ocupante de ese asiento desde hace mucho tiempo," el dijo, señalando la silla vacía junto a Suttung en el gran salón. "Ella es la dama de esta casa, y la madre del que llaman 'el mejor de los poetas.' Seguramente ella se merece un mejor honor del que le has enseñado a ella."
Pero el viejo Suttung aun fruncía el entrecejo, y el discutió largo tiempo, entonces el peleó amargamente. Finalmente Bragi dijo con exasperación, "Entonces yo tomare su lugar, tan solo por un tiempo. Soy el resultado de su acto, incluso si no tuve parte de el, y yo debería tener por lo menos algo del castigo. Deja salir a mi madre por nueve días cada año, y déjame permanecer en su lugar en la caverna donde yo nací, si sientes que aun alguien debe pagar el precio por la perdida del aguamiel formado de la sangre de Kvasir después de todo este tiempo." Suttung no escucharía de esto al principio, pero Bragi era tan persuasivo que al final se rindió, secretamente agradeció por la excusa, aunque le doliera enviar a su nieto abajo en la habitación escondida bajo Hnitbjorg.
Bragi fue con su madre y le dijo que podía dejar la cámara por nueve días, en los que el tomaría su lugar. Ella sabiamente protestó, pero Bragi finalmente la hizo salir, y ella fue a través de los pasajes hasta la casa de Suttung, donde fue recibida con alegría por todos excepto su padre, quien no le dirigiría palabra.

Nueve días Bragi se sentó dentro de la montaña, cantando y tocando su laúd cuando no estaba durmiendo, y difícilmente alguien hacia algo en casa de Suttung, pues todos se detenían a escuchar la magnifica música. La voz de Bragi era profunda, rica y madura como el brandy añejo, así que la suavidad de escucharla era un placer incluso cuando algunas de sus palabras eran en una lengua nada familiar. Mientras tanto Gunnlod tenía permitido correr libremente por la considerablemente larga morada e incluso aventurarse afuera, donde la luz del sol le calentaba la cara por primera vez en muchos años.
Al término de los nueve días, Bragi volvió de dentro de la montaña. El esperaba que su padre hubiera sido convencido de ceder y estar en la compañía de su amada hija una vez más, pero Suttung tan duro como siempre, y Gunnlod fue hecha volver a su cámara bajo la tierra. Bragi estaba contento de que su madre había sido temporalmente liberada del exilio, pero estaba descontento de la necedad de su abuelo, y fue con tristeza que volvió a Asgard de nuevo.

Cada año, por muchos años después de eso, Bragi regresaría a Jotunheim y permanecería nueve días en la cámara de Gunnlod mientras ella salía libre.
El hizo esto sin queja alguna, pero eventualmente esto llego a oídos de Odin, y el envió por el escaldo y pregunto por el estado de sus asuntos. Bragi dijo que esto había sido su idea, y Odin frunció el ceño. "No me gusta esto. Tu eres honrado entre mi gente y la gente de tu madre y otros tantos mas, y es inaudito que alguien de tu reputación y valor se someta a algo tan bajo."
"Aunque mi madre ha aguantado eso desde antes de mi nacimiento," Bragi señalo, "y tu no has dicho nada de su reputación o su valor."

"Cierto," Odin dijo a manera de hecho. "Tu madre es una Buena mujer, pero tu abuelo es un hombre difícil. No hay nada que puedas decir para liberar a Gunnlod permanentemente?"
"He tratado cada argumento que puedo pensar, pero nada lo alcanza. El se ha vuelto imperdonable desde que el aguamiel de la poesía ha sido tomado de su propia casa."

Odin sonrió con conocimiento de ello, pero corrigió su expresión al ver la cara de Bragi. El pensó por un minuto, mientras Bragi espero en silencio. "Tal vez tu abuelo no esta verdaderamente enojado del todo con tu madre, por ella," el dijo finalmente. "Yo escuche que él no tomo a otra mujer desde que su madre murió hace muchos años."
"Eso es verdad," Bragi dijo.

"Y la propia Gunnlod nunca amó a otro?" Odin pregunto delicadamente.

"Tu sabes que no lo ha hecho, Padre. Además, como podría, aprisionada sin ver a nadie mas que a sus doncellas y a mi por tanto tiempo? Y mientas ella camina libre por tan poco tiempo cada año, mi padre permanece observándola de cerca, como lo hizo cuando era joven." Bragi dijo impotentemente. "No entiendo a que te refieres."
"Me refiero a que tal vez no fue por orgullo que tu abuelo ha mantenido a Gunnlod encerrada por tanto tiempo, sino por la búsqueda de su pena," Odin dijo. "Pero creo que se como persuadirle de dejar afuera a Gunnlod para bien. Escúchame ... " Y Odin comenzó a cantar una canción a Bragi que jamás había oído antes. El estaba sorprendido, por que era en lengua Jotun y no alguna de los Aesir. Cuando Bragi la memorizó, Odin dijo, "Tu sabes que hacer con esto. Tu le puedes decir a tu madre que es un regalo, y eso a pesar de lo que ella crea, No la he olvidado." Así que Bragi dejo a Odin y paso muchas horas aprendiendo nuevas palabras para llevarse bien con los ancianos
Cuando Bragi llego a casa de Suttung mas tarde ese año, el nuevamente reemplazo a su madre en su prisión, y después de que Gunnlod caminara libre, se preparo a si mismo en su cámara ricamente amueblado sacó su laúd. El comenzó a cantar una canción que nadie nunca había oído salir de la montaña. Era la historia de una mujer que había visto a su amado en una visión y sabía que en la imagen que vio, el amor de su hombre seria fugaz e impermanente.
Aun así ella se arriesgo por ese breve amor, sin embargo. Y con esta canción estaba otra, la que Gunnlod había cantado para engatusar a Odin y llevarlo a su lado, sabiendo todo el tiempo que el nunca se quedaría con ella, y que ella esperaría por el toda su vida, y por eso estaba dispuesta a entregarle los dos tesoros de su padre en su búsqueda de conocer su amor por ese corto tiempo.
Bragi canto como nunca había cantado antes, y su voz se filtro por los pasajes como una cosa viva, llevando completo el poder de sus palabras a los oídos de todos los que escuchaban. La gente de la casa permaneció quieta; algunos de ellos lloraban abiertamente.
Gunnlod permaneció de pie junto al fuego, pensando en esos tres días y tres noches que le Habian traído la verdadera felicidad, e incluso una felicidad mayor a la que su hijo le había dado todos estos años. Suttung escucho, y por primera vez el entendió que su hija sabia todo este tiempo lo que el nunca se dio cuenta – que el amor es precioso en si mismo, y no es menos precioso por no ser permanente, y su perdida, aunque dolorosa, no es razón para negarlo. El miro la silla vacía a su lado, y después el rostro de su hija que miraba hacia las llamas sin mirarlas y su duro corazón se suavizo finalmente.
Cuando la canción termino, un gran grito de alegría salio de todos aquellos que escuchaban, y el mismo Suttung bajo hacia la caverna para traer a Bragi a la superficie. Ellos regresaron por el pasaje secreto hacia el sonido de su gente aplaudiendo y vitoreando, y Suttung, por primera vez en muchos años, alcanzo a Gunnlod y la trajo junto a donde estaba parado con Bragi. Le dijo a ella, frente a todos, "Hija mía, He sido cruel.
Te he castigado erróneamente por algo por lo que no es justo castigar. Me perdonaras? Que debo hacer para restaurar tu amor y Buena fe?" "No hay nada que tu puedas hacer padre," Gunnlod dijo simplemente, y por un momento hubo silencio. Pero entonces ella sonrió. "Ya había previsto esto, que de mi amor por Bolverk vendría mi mas grande felicidad. Y eso ha ocurrido, por que mi hijo Bragi esta aquí ahora – amado, afamado y honrado por nuestra gente y otros a través de los mundos. Fue el quien ha ordenado liberarme de mi prisión y liberarte de la tuya, así que mi alegría esta completa."
Entonces ella volteo a mirar a su padre directamente, y había acero en su gentil voz. "Termine con la videncia, y ahora deseo vivir mi vida tranquila y libremente, a mi manera. No permaneceré en tu casa, Padre. Dejare este lugar e iré a las montañas, y ahí haré mi hogar con aquellos de nuestra gente que vengan conmigo."
Mucha gente de inmediato dio un paso adelante como voluntario. "Espero que un día, encuentres a otra para sentarse donde mi madre una vez se sentó," ella agregó, señalando la silla vacía de la esposa de Suttung. "Por que ese lugar nunca fue mió, no por tanto como tu indisposición para superar su perdida." Y que con eso, Gunnlod se prepare para dejar la casa de de padre, Y Suttung no la detuvo de hacer lo que deseaba, y nunca volvió a tratar de hacerlo de nuevo.
Gunnlod fue a las montañas, y sus doncellas y algunos de los hombres de la casa de Suttung fueron con ella. Y ahí aun yacen, en una casa lejos sobre la cámara escondida en las rocas donde ella una vez conoció el amor, y el aislamiento, y la felicidad. La siguiente vez que Bragi vio a su madre, el le dijo como había aprendido su canción de amor, y lo que Odin le había pedido decirle a ella.
No dio respuesta, pero esbozó una sonrisa tranquila, y su casa estuvo llena de música después de eso. Hasta este día, si tú viajas por las montañas al rededor de Hnitbjorg, puedes oír su voz, sonando tan Hermosa como siempre.
A veces, si eres afortunado, puedes escuchar a Gunnlod y a su hijo cantando juntos, e incluso el propio viento será mas tranquilo y las aves permanecerán en silencio ante esas dos voces danzando, rodando y rodando en el aire libre de las montañas.

Raven Kaldera

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